El fenómeno Rahm

  Aunque el vizcaíno lo dejó claro en su día: “Nunca voy a ser Seve, era único y especial. Sí podría compararme con él en las esperanzas que la gente tiene puestas en mí para ganar cada semana que juego”… “Sé que será difícil llegar a su nivel, pero si puedo hacer que el golf sea más popular en nuestro país, seré un hombre feliz”.

  Rahm es feliz, sí, humilde y ambicioso a la vez, como buen deportista de élite. Cuando era todavía adolescente dijo con esa valentía de la pronta edad que quería ganar 19 majors y llegar a ser el mejor golfista de la historia. Querido Rahm, ya has consumado una proeza porque en España ya has hecho historia. Estar en la cumbre mundial del golf es prodigioso.

  Y eso que se coló en este deporte casi por casualidad, cuando su padre fue a ver la final de la Ryder Cup 1997 en Valderrama, con Seve capitaneando al equipo (ganador) de Europa. El padre volvió fascinado con las hazañas del cántabro, hechizado con el universo del golf. Así que de vuelta a Barrika decidió que toda la familia lo probaría. Empezaba la escalada de Rahmbo… Por eso le tiene tanto cariño a la Ryder, que para él es la atracción golfística más bonita del mundo. El 2023 se presenta muy jugoso. Ganará algunos torneos, en otros se quedará a las puertas de la victoria.

  Lucke Donald, el que será capitán europeo de la Ryder el próximo otoño en Roma, ha declarado que Rahm como golfista es consistente y tiene fe en su juego. Como persona, es una influencia muy positiva para el equipo.

  Buen golfista y buena persona. Pues eso, un fenómeno.