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hacienda zorita

retiro cinco estrellas a orillas del tormes

Texto: Carla de la Serna    Fotos y vídeo: Nuria Ayarra    

Viajamos en coche desde Madrid. Ya llevamos más de dos horas y nos vamos acercando a la provincia de Salamanca. Empieza a notarse en el paisaje. Estamos a finales de invierno y asoman los verdes chillones contrastados con el marrón y las encinas. La Dehesa salmantina hace su aparición en pocos minutos. Enseguida llegamos a la localidad de Valverdón. Está nublado y el cielo es blanco puro. Pero una vez que accedemos a la Hacienda Zorita Wine Hotel & Spa pienso que no importa, a pesar de que las fotos puedan perder fuerza y contraste.

  Nos adentramos en una suerte de santuario medieval, un retiro de piedra espacioso con varios monumentos y recovecos. Aquí hay historia Intramuros. También viñedos. Una casona (en su día monasterio) con habitaciones que recrean las celdas de los frailes; jardines, estatuas y bodega. Una capilla con su torre y nido de cigüeñas. El río Tormes atraviesa la Hacienda, hay un puente y un antiguo molino, ahora reconvertido en Spa. Pienso que aquí, en Zorita, se tiene que disfrutar durante las cuatro estaciones del año. Con frío y calor, con nubes o sol. Hasta con lluvia y nieve.

DONDE SE ALOJÓ CRISTÓBAL COLÓN

Nos dejan las maletas en la villa en la que vamos a alojarnos, y nos citan a las 19.00 horas en la Plaza del Marqués de la Concordia (que no es otro que José Abascal y Sousa, Virrey de Perú). Nos espera la enóloga Marina Campanario para contarnos la historia del lugar y después ofrecernos una cata de vinos, queso y ron. Cortesía de la Hacienda hacia todos sus huéspedes, que por cierto, hay varios más ese día y algunos son extranjeros. Están fascinados.

   Marina nos explica que la Hacienda fue un regalo de Doña Inés de Limoges a los padres Dominicos en 1336. Los monjes, siempre diligentes y audaces, lo conviertieron en monasterio. E hicieron florecer el complejo trabajando el vino y otros productos de la tierra. También alojaron a personajes ilustres. El mismísimo Cristóbal Colón fue uno de sus huéspedes. Durante su estancia, logró convencer a los catedráticos de la Universidad de Salamanca de la viabilidad de la ruta hacia las Indias. Esto ocurría en el año 1487 durante las llamadas Conferencias de Valcuevo.

 

Terraza en una de las Villas

La Hacienda fue un regalo de Doña Inés de Limoges a los padres Dominicos en 1336. Los monjes, siempre diligentes y audaces, lo conviertieron en monasterio. E hicieron florecer el complejo trabajando el vino y otros productos de la tierra. También alojaron a personajes ilustres. El mismísimo Cristóbal Colón fue uno de sus huéspedes.

DEGUSTACIÓN MARQUÉS DE LA CONCORDIA

Entramos en la bodega, cuyo techo es una carabela invertida, en honor a nuestro célebre descubridor. Durante la cata, Marina nos regala una buena dosis de cultura enológica. Olemos primero, luego saboreamos. Un vino blanco verdejo DO Rueda, y dos tintos DO Arribes del Duero, Crianza y Reserva. También probamos tres variedades de quesos que producen ellos mismos en una granja cercana. Y para terminar, un ron Sister Isles con triple envejecimiento procedente del Caribe Británico. El primer trago, con notas de caramelo, es potente y fuerte. Pero luego entra de maravilla. Hay que tomarlo sólo y sin hielo.

   Después, otro vino en la Casa Grande, lo que fue el antiguo monasterio, donde están las habitaciones además de varios espacios y rincones, un salón con chimenea y el Coolumbus Bar. A las 21.00 hemos reservado mesa en el restaurante Zorita’s Kitchen, que propone una cocina con raíces inspirada en su propia Organic Farm. Degustamos jamón ibérico de bellota (cortado a cuchillo en directo), y otros embutidos; quesos Zorita (repetimos) y Entrecôte de Vaca Limusina. El vino, por supuesto, by Marqués de la Concordia. La llegada no ha podido ser mejor. Al día siguiente jugamos al golf en Zarapicos, uno de los recorridos de 18 hoyos cercanos al hotel, integrado en un campo charro. Sólo nos queda conocer el Spa, y allí vamos por la tarde. Está ubicado en un antiguo molino de agua. Tiene vistas al río Tormes y ofrece tratamientos naturales basados en el vino y en el aceite.

   Por fin el blanco se esfuma del cielo y el atardecer nos sorprende con colores rosas y amarillos, naranjas y azules. Otra cena, más vino y buen sueño en la villa donde estamos alojados, con vistas a los viñedos. Despertarse aquí es un placer, pero toca hacer las maletas. Da pena despedirse de este refugio más que cinco estrellas. Seguro que Cristóbal Colón se fue de Zorita muy contento con su proyecto de las Indias bajo el brazo, y aprobado por los ilustrados de la Universidad. Lo que daría por visualizarlos en ese siglo XV.

 

El hotel pertenece a la prestigiosa cadena Samll Luxury Hotels of the World. En 2003 fue adquirido por el grupo Hacienda’s Company, que lo remodeló en su totalidad.

   Cuenta con veinte habitaciones y tres suites (en la Casa Grande) más 17 villas con jardín privado. Hay capilla, bodega, un bar que ofrece tapas ricas, restaurante y Spa. Además, la Hacienda propone experiencias como La fiesta de la vendimia, visita a la catedral de Salamanca y crucero privado por los Cañones del Duero. A pocos kilómetros de Zorita se encuentra la Warehouse Grill, con una cocina basada en carnes a la brasa y verduras de su propia huerta.

   Tienen una granja cercana que elabora varios tipos de quesos. En el edificio principal de recepción, hay una tienda de vinos y otros productos Hacienda Zorita.

   Próximamente, rutas en Quads, caballo y clases para aprender a cortar jamón.

El campo de Zarapicos, inaugurado en 1990, fue diseñado por Manuel Piñeiro y ocupa una superficie de cuarenta hectáreas de campo charro. El recorrido, 18 hoyos Par 72, discurre a lo largo de 6.273 metros entre encinas y suaves colinas, así como un lago artificial al que se asoman los hoyos 4, 5, 6 y 7.

Aunque Zarapicos es un campo muy técnico, gracias a la gran superficie que ocupa y al tipo de vegetación, es bastante permisivo con los errores del jugador, quien al final del partido podrá reponer fuerzas en la Casa Club. Además, el campo de Zarapicos cuenta con driving range, putting green y zona de approach.

Green fee visitante: desde 30€ 9 hoyos.

www.salamancagolf.com

El campo de Villamayor se ubica a diez minutos de Salamanca. Fue diseñado por Juan Catarineu en 1999 y discurre a lo largo de 6.475 metros entre edificios de un complejo residencial. Es uno de los diez campos con valoración slope más alta de España.

La primera parte del recorrido es diseño puramente inglés, con dos lagos que entran en juego en varios de sus hoyos. La segunda parte, de diseño americano, tiene una orografía más abrupta y exigente para el jugador. Cuenta con driving range, putting green y zona de approach.

Green fee visitante: desde 30€ 9 hoyos.

www.salamancagolf.com

zorita@haciendazorita.com

PRECIO HABITACIÓN DOBLE: DESDE 215€ NOCHE