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golf basics

la ilusión de la solheim

y la gran historia de su primer patrocinador: el fundador de la marca ping

Texto: Miss Hogan    Fotos: @Solheim2023 & GolfSpy

Ha empezado la cuenta atrás. Parece que septiembre queda lejos, pero la cita deportiva del año se va acercando. Finca Cortesín, en Málaga, será el escenario de una explosión golfística donde Europa y Estados Unidos se medirán en un pulso emocionante. Habrá nubes de expectación y mareas de nervios entre un público abanderado. Olas de aplausos y segundos de silencio. Pero sobre todo, un ambiente a la altura de espectáculo.

De momento las entradas se van agotando, los hoteles se llenan, las cifras de beneficios se han disparado y el impacto mediático ha sobrepasado lo estimado. Era de esperar en un país como el nuestro, donde casi siempre nos sobra ilusión.

El Ambassador Club Solheim Cup 2023: Altavoz de la competición

El trofeo transparente, cristalino, lleva unos meses girando por España. Ha desfilado por muchos campos de golf en diferentes provincias; ha pasado por varias instituciones, incluido el Congreso de los Diputados; algunos famosos se han unido a la ilusión de la Solheim haciéndose embajadores, como el ahora golfista amateur Pau Gasol, Rafa Nadal, y personajes tan entrañables como Karlos Arguiñano y José María Olazábal, que declaraba que todo golfista debe vivir al menos cuatro experiencias en su vida: “Y una de ellas es la Solheim”.

  El comité de honor estará presidido por la Reina Letizia, y asistirán grandes personalidades. Entre los espectadores habrá un personaje especial: John Solheim, hijo de Karsten Solheim, el fundador de PING, que dio nombre a esta competición y que apostó en su día por la grandeza del golf femenino.

Entre los espectadores habrá un personaje especial: John Solheim, hijo de Karsten Solheim, el fundador de PING, que dio nombre a esta competición y que apostó en su día por la grandeza del golf femenino.

Las tres generaciones Solheim

LA PRIMERA SOLHEIM Y LA GRAN HISTORIA DE PING

En 1990 el Ladies European Tour junto a LPGA Tour barajaron la posibilidad de organizar un torneo femenino similar a la Ryder Cup. La idea estuvo circulando un tiempo hasta que Karsten Solheim, empresario de origen noruego y fundador de la marca PING, decidió patrocinarlo. Firmó un acuerdo de colaboración por veinte años. Meses después, se celebró la primera Solheim Cup en Lake Nona Golf & Country Club (Ohio) con victoria estadounidense.

  La historia de PING también tiene su jugo. Una gesta empresarial que merece ser recordada ¿Quién era Karsten Solheim?

  Un empresario ingeniero de origen noruego, pero afincado en USA desde pequeño, que empezó siendo vendedor de zapatos. La inquietud le llevó a graduarse en ingeniería; fue comercial de bobinas de aluminio, diseñó el primer Jet y los primeros televisores portátiles. Una especie de genio listo y currante. Cuando tenía 42 años trabajaba para General Electric, y unos compañeros de la empresa le propusieron probar el golf. Accedió y se le dio bien, jugó un partido y luego otro y otro… Se enganchó enseguida. Con los hierros se defendía, pero en el green tenía problemas con el putt.

  Analizando este palo, se dio cuenta de que el peso de los putters estaba repartido sobre la superficie del propio palo, lo que hacía tambalear la estabilidad. Algo fallaba “Es como jugar al tenis con una raqueta de ping pong”. Entonces se puso manos a la obra. El genio se las ingenió para añadir unos pesos de plomo en las puntas de su putter. Y cuando lo probó resultó que funcionaba mejor. Empezó a embocar bolas.

 Un día jugando con un pro, éste le propuso que explotara la idea y los vendiera ¿Por qué no? Diseñó un putter correctamente, contactó con un soldador y en poco tiempo estaba terminada su pequeña obra maestra ¿Cómo surgió el nombre de la marca? Cuando pateó con el nuevo artilugio el sonido era distinto, más metálico y vibrante… A sus oídos llegó un PING. Entonces corría le año 1959. Estableció la fábrica en un garaje de Phoenix, Arizona, y por lo visto iba a los torneos con los putters a cuestas para vendérselos a los jugadores. Genio y figura.

A partir de los setenta empezó a comercializarlos bien, cuando pros como Gary Player y Jack Nicklaus los metían en sus bolsas y ganaban torneos. Por esa época empezó a fabricar también hierros. En la actualidad, PING tiene un almacén acorazado repleto de putters de oro. Si un pro gana un major con un PING, la marca fabrica dos palos de oro macizo: uno es para el jugador y otro se lo quedan en el almacén.

¿No le debe el mundo del golf algunos birdies a este genio?