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GOLPE DE SALIDA

La Toja. Historia de una isla

✒︎ por MISS HOGAN. Fotos aéreas: Sotodrone

Es muy pequeña, apenas 875 m de largo. Tiene uno de los campos de golf más apreciados de España. Un hotel balneario y un casino. Una ermita revestida de conchas blancas. Mucho marisco alrededor. Está enclavada al final de la ría de Arousa, enfrente del Grove. Es lo que se dice una joyita para gallegos y veraneantes. El otro día me encontré con uno de ellos, muy golfista, y no conocía la historia de la isla. La historia de atrás, la anterior a la construcción del campo de golf. Entonces me animó a que la contara por escrito. Este es el relato, breve pero con su punto curioso. Va por ti Álvaro P.S:

La mayoría de historiadores coinciden en que el origen más moderno de la Isla se remonta al siglo XVIII, cuando tan solo era un terreno abandonado plagado de tojos, unos arbustos espinosos que crecían asilvestrados. No había puente, así que solo se podía acceder en barca o caminando si la marea estaba baja. Más tarde, cuentan los escritos (entre ellos un texto de Emilia Pardo Bazán) que un cura de la zona de O Grove dejó allí abandonado a su burro moribundo para que terminara sus días lo más tranquilo posible. Y cuál fue su sorpresa cuando al volver para enterrarle, se lo encontró vivo, coleando y sanísimo ¿Cómo se había obrado el milagro? Algo debían tener aquellas aguas pantanosas. Y así era. En 1841 el botánico Antonio Casares constató que la Isla de la Toja estaba provista de importantes propiedades medicinales: magnesio, sodio, hierro y calcio. Y entonces aparecieron en escena el empresario Laureano Salgado y el ingenioso Marqués de Riestra, que debió pensar ¿Una isla pequeña con aguas medicinales a 30º-60º en medio de la Ría de Arousa? Aquí hay negocio. Y en 1899 se levantó el Balneario de La Toja.

  Los visitantes del balneario demandaron un lugar donde alojarse mientras disfrutaban de los tratamientos curativos, y en 1907 se inauguraba el Gran Hotel Balneario de La Toja, inspirado en otros complejos termales de la época, como el de Vichy de Francia. Más tarde, en 1911, se construyó el puente que unía el Grove con la isla, entonces, el más largo de Europa. El entorno crecía a gran velocidad, el lugar parecía idílico y comenzó la afluencia de diversas personalidades de la nobleza y la cultura: Alfonso XII e Isabel de Borbón, aristócratas de Inglaterra y Francia, Gabriel García Márquez, Aristóteles Onassis y un largo etcétera.

   El Marqués de Riestra también construyó su propia fábrica de jabones y comercializó las sales de baño de los manantiales de La Toja. Y también se encargó de levantar los primeros cimientos del campo de golf (3 hoyos) para que los visitantes se entretuvieran …

  Un visionario que logró dar fama a este punto de la geografía española. Tan minúsculo y apreciado. Tan aislado y tan fantástico. Tan gallego.